No cabe duda que ningún genocida, asesino, represor ha tenido tanto éxito como el ejército de Guatemala. En Alemania, Argentina, Chile, Uruguay, los genocidas, aunque sea tarde, han tenido que enfrentar a la ley, menos en Guatemala. Todo el terror con que el ejército guatemalteco gobernó a Guatemala, está documentado en el REMHI, Guatemala Nunca Más, que por cierto, el ejército guatemalteco asesinó a Monseñor Gerardi por publicarlo. Los militares guatemaltecos son responsables de más de 600 masacres, miles de desaparecidos y otros cientos en el exilio, todo documentado. Los militares y la extrema derecha guatemalteca aplicaban sus políticas de terror a cualquier oposición al sistema, con la excusa de que cualquiera que reclamara, era comunista, así trataron de legitimizar las desapareciones y asesinatos de miles de líderes sociales. Todo esto no hubiera sido posible sin la ayuda de la CIA y de la administración de Reagan (gracias Ronald!). Después de cada asesinato o desaparición política es seguida por distorciones de la verdad, por ejemplo, acusar al crimen organizado, como lo que hicieron con el caso Gerardi, que por cierto, es el único caso en que militares han sido condenados por un crimen político, no sin antes la desaparición y amenazas a testigos, jueces y abogados acusadores, típica estrategia de los militares guatemaltecos.
Aunque la guerra ha terminado, los militares siguen en el poder, siguen recibiendo la mayor parte del presupuesto nacional, para qué? Guatemala no necesita ejército, lo que necesita es inversión social, pero la oligarquía guatemalteca necesita quien los proteja de cualquier amenaza a su capital, parece.
El ejército de Guatemala es la envidia de los genocidas, mientras la mayoría está en la cárcel, o en camino, los militares guatemaltecos no solo siguen libres, sino que siguen en el poder. 30 de junio, ¡día del glorioso ejército de Guatemala! Los dejo con dos testimonios tomados de "Guatemala Nunca Más".
Cuando el Ejército estaba destacado aquí en el pueblo de Nentón, dieron una orden para que el pueblo desocupara su casa y nos trasladamos, algunos se fueron para Guatemala, otros se fueron, los que tenían familiares en Mazatenango, en Huehuetenango y otros que no teníamos familiares nos fuimos a hospedar en Cajomá Grande, allí nos quedamos un mes… De ahí ya no podíamos más, mejor nos fuimos a trabajar al otro lado, a la frontera de Guatemala-México, a ganarnos la vida por miedo a la muerte que nos ocasionaban las dos bandas, porque teníamos miedo de que el Ejército nos podía matar. Caso 2300, Nentón, Huehuetenango, 1982.
En el 82 el Ejército empezó a matar gente en muchos lugares. En febrero pasaba mucha gente huyendo para México. Nos dijeron que el Ejército estaba matando en Xalbal y Santo Tomás, pero nos quedamos. En abril el Ejército llegó cerca de la frontera, la gente nos avisó, pero nos quedamos, sólo nos preparamos. En junio el Ejército dejó el destacamento de Los Angeles y se retiraron a Playa Grande, pero en junio regresaron a los Angeles para matar gente y la gente salió de allí. Ya no teníamos maíz y no podíamos aguantar más, así que tomamos el acuerdo de ir a refugiarnos a México. Allí sufrimos hambre y enfermedades. Yo estuve enfermo dos años, no podía trabajar, mi familia sufrió mucho. Estuvimos diez años en Chiapas. Caso 0472, Ixtahuacán Chiquito, Ixcán, Quiché, 1981-1982.