Hace pocos días, el economista Paul Krugman, ganador del premio nobel en economía, publicó un artículo en su acostumbrada columna en el New York Tmes sobre el importante papel que ha jugado el gobierno estadounidense en esta crisis. Explica que, en crisis como esta, la iniciativa privada no inyecta dinero a la economía porque tienen que ahorrar, tienen que cortar sus gastos. El único que sigue gastando, cumpliendo con sus compromisos es el gobierno. Sigue pagando a maestros, polcías, bomberos, pensiones, salarios con beneficios a empleados públicos. Mientras que la iniciativa privada despide a empleados, baja salarios, no paga beneficios para poder ahorrar dinero.
Según Krugman, esto hizo que no se llegara a una depresión como la de 1930, porque en esa época, el gobierno no siguió gastando como lo está haciendo ahora y eso es posible porque el gobierno estadounidense todavía es fuerte, no ha sido debilitado o casi eliminado como han hecho las políticas neoliberales en Guatemala por ejemplo. Para los seguidores de Mises, Von Hayek, Friedman, el papel del Estado tendría que ser mínimo, si así hubiera sucedido en EEUU, estarían en otra depresión. El libre mercado nunca hubiera podido rescatar a la economía como lo hizo el gobierno de EEUU.
Así que no deberíamos satanizar a lo público como nos han lavado la cabeza. En lugar de minimizar al Estado, deberíamos hacerlo más fuerte para exigir que cumpla con el papel social y económico que le corresponde. Lo que deberíamos de satanizar, es la intervención de la iniciativa privada en las decisiones polítcas del país. Ya sé que los amigos conservadores me escribirán las maravillosas teorías neoliberales, pero en estas épocas de crisis, mejor escuchar a un economista ganador del premio nobel en 2009. Salud!