miércoles, mayo 27, 2009

Dios, no gracias

El diario La Hora, publicó el día de hoy un reportaje sobre la religión en la política.  Inicia diciendo que "invocando el nombre de Dios" es lo que primero dice en la Constitución.  Esa frase debería quedar fuera. 
Mezclar la religión con el Estado no es una buena combinación.  En nombre de la religión se han librado guerras, torturas, dictaduras etc.   El cristianismo hizo lo suyo durante la inquisición, también durante la conquista de América y ahora los fundamentalistas musulmanes están haciendo su parte.  Religión y política se resume en violencia, porque cuando los religiosos fundamentalistas llegan al poder, se creen mensajeros directos de Dios y con la autoridad de imponer sus valores sobre el resto de la población (Serrano? Rios Montt?).
Cada quien es libre de creer en lo que quiera, practicar la religión que quiera, siempre y cuando no le hagan daño a nadie.  Nuestro país, por la falta de educación y lo precaria de la situación económica de la mayoría de la población, es un lugar ideal para que una persona con carisma y buen orador, prometa y diga lo que cierta persona quiera escuchar y de esa manera crean un culto, seguidores, los cuales se pueden manejar.  Esto lo aprovecha la derecha para reclutar votantes y hacer propaganda.  En el Puente del Incienso, hay un anuncio que dice: "Cristo te ama" y hoy, otra persona saltó.  Eso nos enseña dos cosas, uno, "Cristo te ama" representa lo que queremos escuchar (algo subjetivo, no palpable, que existe en nuestros pensamientos) y dos, el señor que se suicidó representa la realidad, no importa que tanto nos ama Cristo, eso no genera empleo, no nos da de comer, no educa a nuetros hijos ni les paga el hospital.  Nos prometen mejor vida después de la muerte, pero qué hacemos con la vida antes de la muerte?
Ahora con esta agudización de la crisis política en Guatemala, hasta líderes de estas sectas embobesedoras se están aprovechando y reclutando votantes para las próximas elecciones.  
No estoy en contra de las religiones, simplemente creo que creer es algo personal y la historia nos ha enseñado, que la combinación religión y gobierno no funciona.  Necesitamos un presidente que deje la religión en su casa, pero sería bueno que sin mencionarlo, haga lo que predicaba Jesús: preocuparse por los pobres, asegurar el acceso a la salud y educación para todos lo niños, prohibir la pena de muerte y erradicar el racismo, por ejemplo.  Si Jesús viviera ahora, fuera socialista, no sé en qué momento la derecha lo inscribió en su equipo.

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